viernes, 24 de abril de 2015

VAGANDO POR AHÍ

Hay una sensación que no se puede quitar del cuerpo, tampoco de tu mente o de tu alma o de tu simple esencia. Sé que hable de la soledad en una entrada, que realmente no era hablar de ello, así que como esto sale desde lo más profundo de mi yo lo escribo para quienes quieran leerlo.

¿Saben de esa sensación que dice que hables con alguien sobre cualquier tema que te importa pero caes en la cuenta de que no hay nadie con quien puedas hablar? Te sientes solo, necesitando contar algo que te pasó en el día  pero sólo puedes hablar con tu mente o con los libros, crees que quizás ellos puedan entenderte, pero encontrar un libro que te ayude con tu malestar es muy difícil. Entonces piensas puedo hablar entonces con mi hermano o con mi madre... y crees que es una buena opción hasta que te das cuenta que no es que tengas un grave problema es que solo quieres tener a alguien que te apoye y a quien contar que te sientes mal, pero a tus padres o a tus hermanos les va a doler verte cabizbajo verte hablar de temas que no son alegres aunque no sean graves o excesivamente malos, por lo que decides dejarlo a un lado porque no quieres hacerles sufrir ni que se preocupen por algo que no sean ellos mismos. No quieres ser una carga o un problema para el resto de tu familia. No puedes contarle a un amigo porque o bien están lejos y tampoco quieres molestarle con esas pequeñeces que piensas tu que son tus problemas, o bien no tienes ninguno lo suficientemente bueno y cercano para contarle eso, para hablar con el. Realmente eso es sentirse solo o sola y nadie debería sentir ese malestar en el cuerpo por que te invade por completo y no te deja respirar, te agobia y te quema lentamente haciendo que te consumas y que te sientas miserable, solo, vacío y probablemente un mala persona aunque no lo seas. Es una sensación que se apodera de ti poco a poco a veces pero normalmente es fácil y difícil levantarse así que obviamente te dejas llevar por el embriagamiento de malestar, de sufrimiento. Las lágrimas se van acumulando en tus ojos para escapar rápidamente por tus mejillas para invadir cada centímetro de tu piel debajo de los ojos, para hacerte ver peor, con los ojos enrojecidos, hinchados. Y sigues vagando por ahí, ausente y vació y solo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario